domingo, 9 de marzo de 2008

6 - Papelípola: Darío Silva Silva

Seis:
Y el menor de los Magos –quien tiene la palabra-
se define en sus versos que son su abracadabra.
-Es exacto al Demonio y a Francisco de Asís.
Desde hace veinte años está en combate púnico
por conquistar el verso que lo adjetive único.
Y entretanto se llama sólo: el gran aprendiz .

DARÍO SILVA SILVA
N. el 17 de junio de 1938 en Tarqui, Huila.


I – SUS ORÍGENES

Una infancia de dificultades en el pequeño y bucólico Tarqui afrontaría la memoria más prodigiosa de Los Papelípolas.


II – FORMACIÓN

Colegio Santa Librada de Neiva (hasta donde cuenta Moreno ). Sabemos que se convirtió en Ministro del Evangelio con reconocimiento de la Sucesión Apostólica Histórica en rango Episcopal por la Traditional Episcopal Church escalando desde pastor hasta arzobispo de la iglesia Casa Sobre la Roca. Como comunicador social y periodista recibió el Premio Internacional AIDE de la Asociación Interamericana de Educación en Buenos Aires, Argentina (1978); la Orden en grado de Comendador del Congreso de la República de Colombia (1981); el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar (1987); y la Orden Civil al Mérito José Acevedo y Gómez del Consejo Distrital de Bogotá en la categoría Cruz de Oro (1995), entre muchos otros galardones sumados a una serie de doctorados honoris causa.


III - TRASHUMANCIA

Al arrojarse Los Papelípolas a su primer recital en 1957, Sierra Basto presentaría así la voz de apertura de Silva Silva: “Cuando Cicerón hizo la defensa de Arquíes, aspiraba al Consulado, por eso su discurso versó más sobre sí mismo que sobre el poeta griego para quien pedía el honor de ser ciudadano de Roma. Pero ni yo soy Cicerón ni este amigo es Arquíes. Yo no soy el hombre con cuya lengua jugó la mujer de Catilina, ni Darío Silva ha perdido la fe de bautismo en un incendio” .

En otra ocasión, en una discusión de Víctor con Darío, Guillermo Plazas entró de mediador y le dijo: “Víctor Darío Silva es un niño con bigote”. Hoy por hoy Darío Silva es un Sarbajit -sin Kabir-, personalidad como muchos afirman, parecida a la de Leo Cabrera .

Acerca de su vida, Delimiro Moreno nos amplía:

“Se inició como periodista en Radio Sur de Pitalito, y luego trabajó en varias emisoras de Neiva, hasta ocupar la dirección de Radio Colosal primero y luego de la Radio Cultural Surcolombiana. Se radicó en Bogotá como asesor periodístico del presidente Misael Pastrana Borrero. Como periodista y locutor persiste en la memoria colectiva su trabajo como director de Noticolor mejor conocido como “lambicolor”, noticiero de televisión al servicio incondicional del gobierno de Julio César Turbay Ayala.

Una crisis económica y espiritual a la terminación del gobierno de Turbay lo llevó a matricularse en las filas de una secta protestante de la que era feligrés quien se convirtió en su esposa, Esther Lucía en 1984; y tras la fundación de la “Casa Sobre la Roca”, se convirtió en líder religioso nacional, con influencia internacional” . La ciudad de Miami proclamó el día 15 de diciembre como el Día del Reverendo Doctor Darío Silva-Silva en el 2001, siéndole entregadas las Llaves de la Ciudad (2002); y en el año 2005 sería distinguido con la West Miami Gold Medallion . La revista Semana en el 2001 le ha incluido en la lista de los “Cuarenta Colombianos Más Poderosos de Colombia”, por considerarlo el líder religioso no-católico más influyente del país.






IV – PUBLICACIONES

La International Petroleum Co. INTERCOL publicó entre los Cuadernos Huilenses (Imprenta Departamental del Huila) su primera obra con el mismo nombre de la de Rubén Morales, e inmediatamente después de esta (Poemas). Según la revista Ecos (N° 2 de 1964, pág. 71), Silva también escribió piezas para teatro: La Esquina y El Pedestal (ambas de 1964) y otros libros de poesía: Sangre Pasajera (1960) y Ruta de Lámparas (1964).

Su poesía aparece igualmente en:

-LOSADA, Félix Ramiro, Literatura Huilense, Ediciones Centenario, 2005.
-ECHAVARRÍA, Rogelio, Antología de la Poesía Contemporánea, Bogotá, Presidencia de la República, 1997.
-ECHAVARRÍA, Rogelio, Antología de la Poesía Colombiana, Bogotá, El Áncora Editores, 1997.
-LICONA, Pedro, Crónica Poética del Huila, Instituto de Cultura Popular de Neiva, 1996.
-MORENO, Delimiro, Los Papelípolas, Ensayo Sobre Una Generación Poética, Vargas Editores, Bogotá, 1995.
-GUEBELLY, Jorge, Soledad y Orfandad del Hombre Moderno en la Poesía Huilense, Ed. Universidad Surcolombiana.
-REVISTA ECOS DEL BACHILLERATO NOCTURNO JOSÉ MARÍA ROJAS GARRIDO, N° 2, diciembre de 1964 - Biblioteca Privada de Inés del Rosario Cortés Rincón.
-RIVERA, David, Índice Poético del Huila, Biblioteca de Autores Huilenses, Volumen III, Imprenta Departamental, Neiva, 1957.

El más famoso y acaudalado de Los Papelípolas dejó resueltamente la poesía para escribir teosofía en defensa de su religión, contando hasta el presente los siguientes títulos: El Fruto Eterno; Las Puertas Eternas; Sexo en la Biblia; El Eterno Presente; Las Llaves del Poder; Sectas y Sectarios; El Reto de Dios; La Gran Solución; Los Protestantes en Colombia; El Engaño de la Nueva Era; y más famosa de este conjunto: El Hombre que Escapó del Infierno.



IV – POESÍA


EGO SUM

Yo soy, con este afán y este sosiego,
y con esta amalgama de alma y barro;
con este padecer a que me amarro,
y con esta alegría en que me anego.

Este canalla soy, y este bizarro.
Con este orgullo a veces, y este ruego,
con esta voz partida en agua y fuego;
con odio y con amor, risa y desgarro.

Yo soy. Lo he sido y siempre lo seré:
con este Dios adentro y este diablo,
con esta fe total y esta no fe.

Mitad Caín y Abel, y Saulo y Pablo;
con, y sin el escudo y el venablo.
Yo he sido. Soy. Y siempre lo seré.




RUTA DE LÁMPARAS

La música es el sonido de la luz.

Transcribo la historia del hombre
ubicado en la cumbre del destino
como aljibe final de su sed misma.

Estrella refundida
en el nocturno de la palabra ADAM,
el alma necesita su límite de carne
como la rosa tiene su muralla de espinas.

Nuestros cuerpos son cántaros
llenos con el agua de la luz;
cada secuencia de la conducta humana
debe ser una primicia luminosa de frescura.

Estamos obligados
a dar constancia de nuestro contenido
al acunar los dedos
para arrullar el sueño de las flores
y también al cargarlos de metales
para azotar la frente de los viles.

No ha de vivirse interinamente
sino en continuo testimonio de la verdad;
consignar en cada gesto una plenitud,
imprimir a cada paso un rastro eterno,
hacer tan larga nuestra corta vida
que su episodio menos importante
sea la muerte.

En los actos menudos de los hombres
deben vibrar los signos de la luz,
porque la vida es la permanencia de Dios
en una morada de músculos.

El poema es la vida
transmutando al milagro de la música
una lágrima inmensa
sobre cuya epidermis de espejo sensitivo
dibuje al hombre su comportamiento.

Una virgen desnuda
es la luz exiliada en la carne;
carne de las ideas
el poema estará libre de sombras;
será como los ojos de las novias
habitados de ángeles.

Llorar a solas es desperdiciarse:
el hombre necesita recipientes de su angustia
y el verso fue creado
para vencer el miedo
de vivir en silencio.

Protagonista de mí mismo,
con mi música a cuestas,
ando la piel redonda del planeta,
a brazo partido
desbrozando la maleza de las sombras
para seguir la ruta de las lámparas.






ESPIRAL

En el principio era la poesía
sumergida en mi alma,
como está la guitarra sin estreno
llena de música.

El golpe repentino de tu amor
hirió la piel de mi silencio
y el odre rebosado
desbordó su río de luciérnagas
en torno de tu sombra.

En su cauce directo al mar de las estrellas
a empujones de almas
mi verso va erigiendo la luz de tu destino
estatua a la memoria de ti misma.

Si tu impulso creador sigue nutriendo
este espiral de notas,
mis olas con tu nave
llegarán a la playa del milagro.


LAPSO

Tu arcilla gravitaba
incinerando casi sus alas
ante la zarza de mi soledad.

Mi alma estaba remota
buscando en un lapso de nostalgia
la efigie de otra mariposa, imposible.

Yo tan lejano a tu adorso límite
como ella a mi saudade.

De retorno a tu deseo
la mirada se me pobló de espanto
como los ojos de una rosa
que, de pronto consciente,
se viese cercada de púas.

La brisa hubo de acunar sus dedos
para evitar que se quebrara tu sonrisa
sobre el mármol del silencio mío.


PRESENCIA PRESENTIDA

Te vi pasar ayer, mujer sin nombre,
Te vi pasar ayer, arcángel nuevo.
Tu clara imagen navegó en mis ojos
hasta llegar a mi alma,
hasta llegar al puerto.

Yo no te conocía. Pero te conocía.
Es decir, conocía de tus pasos la voz.
Me estaba taconeando las entrañas
desde la eternidad como un presentimiento.
Yo la había oído siempre, pero siempre a distancia
bajo la indefinida conformación de un eco.

Y ayer la sentí próxima.
Tanto, que en la impotencia de los pies
me floreció una sensación de miedo.

En el yunque auditivo
me sugirió tu cercanía en alfileres.
Se me posó en el pulso como un ala de fiebre.
Me fustigó la cara como un tránsito rojo,
y se me hizo como alquicel de angustia
sobre el asta en delirio de las sienes.

Yo no quería mirarte. Pero quería mirarte.
Y en un improntus sordo,
volví –desorbitados- los ojos para verte
y sucedió el milagro…!
Un clamor de alborozos en el viento
Me anunció tu presencia…

Se me fugó la vida,
se me llegó la muerte.
Y eras la misma, amor, eras la misma,
la que estaba esperando desde siempre.

La que en mi pecho aceleró relojes,
la que sembró mi tálamo de púas,
la que me puso el mar en las pestañas
y en mi cerebro se volvió pregunta.

La que al fin ha llegado.
Pero tú no has venido.
Es tan sólo tu imagen
que le hurta longitud a este camino:
el camino que lleva de mi ser a tu ser,
no el camino que trae desde tu ser al mío
-porque de ti hacia mí, tal vez no haya camino-.

Puede ser que tú vengas, yo no sé.
pero es más posible que no vengas.
pero yo a ti sí iré.
Yo te lo afirmo por la faz que llevas.

Pronto será mi viaje. Y cuando llegue,
te diré todo esto, y mucho más que esto,
o tal vez ni te pueda decir nada…

Qué contraposiciones tan extremas
-¿verdad, mi rosa diáfana?-
es que cuando te nombro –y yo ignoro tu nombre-
soy inconsciente de lo que me pasa.

Cómo me causas mal. Porque es lo cierto
que si mi mano dice estas estancias,
mi boca –congelada en la avidez-
no se puede empinar hasta tu oído
para clamar su júbilo de campanario en pascua.

Pero yo siempre espero
-porque yo siempre espero- y mientras tanto,
escucha el hondo grito que te juro:
Cuando la vida me verticalice
de este polvo sin Dios en que me tiene
desde hace tantos llantos tan recluso,
yo buscaré tus ojos
-inconfundiblemente tuyos-
y ellos –redentores o crucificadores-
sentenciarán a mi sandalia el rumbo:

El rumbo claro que conduce a tu alma,
o el otro, el rumbo oscuro…

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